La danza y el pilates
El pilates es una disciplina que ayuda a mejorar el rendimiento de nuestro cuerpo al completo, así como nuestra propiocepción, es decir la consciencia que tenemos de él y sus movimientos. La respiración, el control de la mente sobre el cuerpo, la resistencia, el equilibrio o la flexibilidad, entre otros, son pilares sobre los que se sustenta el método. Y, como veremos a continuación, la danza y el pilates pueden llegar a tener mucho en común, pues cualquiera de los principios del método es igualmente aplicado a la danza.
Si recordamos la historia de Joseph H. Pilates, tendremos presente que, a pesar de que comenzó su método para tratar a enfermos en un hospital de Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de sus grandes alumnos y principales difusores del método fueron bailarines. Nada menos que los bailarines del New York City Ballet.
Actualmente, tanto bailarines de danzas clásicas como de bailes más modernos o contemporáneos, así como grandes compañías de danza internacionales, se embarcan en la práctica del Pilates como método para mejorar su rendimiento en el baile.
Si, además, recordamos los seis principios básicos del pilates, bien podrían confundirse con principios propios de la danza: La concentración, la respiración, el control de la mente sobre el cuerpo, la fluidez de movimientos, la centralización y la precisión.
Especialmente, el principio de la fluidez resulta fundamental en la danza, ya que supone ejecutar los movimientos de manera estética y armónica, haciendo del cuerpo un todo capaz de ofrecer grandes series de encadenamientos perfectamente unidos, precisos, suaves y estilizados evitando los movimientos cortos, marcados o torpes. Todo ello, indudablemente, supone una notable diferencia a nivel coreográfico.
Además, el equilibrio, tan necesario en danzas como el ballet para la ejecución de saltos y piruetas, así como la centralización, que consiste en que los movimientos salgan sobre todo de los músculos abdominales, glúteos, lumbares y suelo pélvico y el fortalecimiento de éstos, resulta esencial para los bailarines de cualquier disciplina. Evitará lesiones y fortalecerá el core de su cuerpo.
Las coreografías que realizan los bailarines de casi cualquier especialidad conllevan la ejecución de movimientos asimétricos y repetitivos, que implican que algunas partes del cuerpo trabajen más que otras lo cual, inevitablemente, puede resultar en un desequilibrio muscular que, a su vez, puede desembocar en una lesión. El método Pilates contribuye en este sentido a mantener el equilibrio, resistencia y fortaleza de todo el cuerpo de manera equilibrada.
Sin duda, la danza y el pilates están estrechamente ligados. Cualquier bailarín ha de conocer bien su cuerpo para poder realizar movimientos y coreografías maravillosas que, en ocasiones, rozan lo imposible. El pilates le ofrecerá ese conocimiento de su cuerpo y una mejora de sus capacidades físicas, incluso corrigiendo vicios posturales adquiridos. Así, la danza y el pilates se consolidan como disciplinas hermanas que, aunque independientes, cualquier bailarín saldrá gratamente beneficiado si decide unirlas.