Los principios básicos del pilates
Los principios básicos del pilates hacen referencia a los seis pilares sobre los que se fundamenta la disciplina y que es necesario conocer para practicar el método correctamente. Estos pilares nacen del contexto y filosofía que rodea método: proyección de salud, calidad de vida y bienestar integral.
Todos los ejercicios se realizan siguiendo de manera estricta estos principios. Si bien, para un principiante puede ser complicado atender los seis principios del método a la vez, con la práctica se automatizan sin problemas.
Los principios básicos del pilates son seis: concentración, respiración, control, fluidez de movimientos, centralización y precisión. Vamos a ver exactamente de qué trata cada uno de ellos.
La concentración
El pilates, como ya sabemos, es una disciplina que engloba cuerpo y mente. La concentración mental a la hora de realizar los ejercicios exige focalizar la atención en el cuerpo y aumentar la consciencia de las posiciones realizadas. De esta manera, cuerpo y mente estarán en sintonía durante los ejercicios.
La mente es el motor del cuerpo y la concentración en el ejercicio que estemos realizando nos permitirá practicarlo de manera más efectiva y consciente, pudiendo asimismo mejorar más rápidamente.
La respiración
La respiración es el principio fundamental del Pilates. Lo primero que debemos aprender cuando iniciamos el método es a respirar.
Respirar de manera correcta mientras practicamos pilates ayuda a controlar mejor los movimientos, conseguir resistencia, fortalecer la postura y evitar lesiones, ya que permite al sistema circulatorio nutrir los tejidos de oxígeno.
El control
Se entiende este principio del pilates como el control de la mente sobre el cuerpo. Antes de que esta disciplina adoptara el apellido de su creador, Joseph Pilates comenzó definiéndola como contrología, debido a que lo consideraba el arte de controlar al cuerpo. Es obvio, por tanto, que el control del cuerpo sea otro de los principios básicos.
Para saber diferenciarlos hay que tener en cuenta que la concentración está relacionada con la mente mientras que el control se refiere, sin duda alguna, al cuerpo. Controlar bien nuestros movimientos corporales nos permitirá desde inicio, realizarlos de manera correcta y evitar lesiones.
Al controlar el cuerpo, se emplearán los músculos y fuerza necesaria para cada movimiento lo que nos ayudará a mantener las posiciones.
Fluidez de movimientos
La fluidez y naturalidad de los movimientos es esencial en la práctica del pilates. Sobre todo, al principio, no hay que forzar los ejercicios. Poco a poco, se llega cada vez más lejos. Asimismo, el ritmo debe ser adecuado, ni muy rápido ni muy lento, de manera que encadenemos unos movimientos con otros sin cambios bruscos.
Centralización
El pilates pone en práctica que todos los movimientos deben salir del centro de nuestro cuerpo: el denominado “core”. Este centro está formado por los músculos abdominales, glúteos, lumbares y suelo pélvico. Se trataría del grupo muscular base del pilates.
Uno de los mayores beneficios del pilates, como sabemos, se trata de la mejora de la colocación de la espalda y la disminución de los dolores lumbares. Se debe a esta centralización y focalización de los movimientos, que ofrece un equilibrio y fortalecimiento de la zona abdominal y lumbar.
Precisión
La precisión nos permite realizar los ejercicios del pilates de manera correcta, consiguiendo que resulten efectivos y obteniendo todos sus beneficios. Lo más importante para realizar los movimientos de manera precisa es conocer bien el movimiento que se está realizando para no cometer errores en su ejecución y mantener un correcto alineamiento del cuerpo.